lunes, 22 de enero de 2024

DE PARLAMENTOS Y FLORES

 Leo en una publicación que el monarca del Reino Unido habla con las plantas. La noticia no me sorprende porque yo hago lo mismo. De hecho, desde que nací he departido con toda clase de vegetales. En la niñez, por ejemplo, uno de mis interlocutores favoritos era el rosal que había en el patio de mi casa; y el otro, un muñeco mecánico que iba vendiendo polos con un carrito. Recuerdo que en cuanto el arbusto echaba la primera flor, el heladero de cuerda y yo acudíamos presurosos a su lado para compartir con él nuestras penas y alegrías.

Y servidora no era la única lugareña capaz de comunicarse con las matas. En el pueblo de entonces también vivía un poeta manriqueño que encontraba la inspiración platicando con los geranios. Asimismo había una solterona ansiosa de amor que se explayaba con los alhelíes. Y hasta existía un señorito falto de valor que intentaba afianzar su autoestima charlando con las orquídeas... 

Nieves Correas Cantos 


EL ECHARPE APERCIBIDO

 Mi bufanda es tan ancha que puedo lucirla sobre los hombros como si fuera un chal. Está tejida a semejanza de la randa; con ese calado que parece encaje de bolillos. Su color es blanco; y tiene un toque entre suave y áspero...

Mi bufanda es tan bonita que, cuando la llevo puesta, en ella convergen todas las miradas. Entonces nadie se fija en mí; ni en lo chics que son mis gafas; ni tampoco en la perfecta caída del abrigo beis que me cubre y que heredé de mi abuela... Nada; en tales circunstancias, únicamente mi echarpe es apercibido. 

Esta singular prenda me la regaló mi vecina Ana María; una virtuosa del punto y de la amistad. La mujer con la que me encanta rememorar antiguos episodios pueblerinos...

Nieves Correas Cantos


LAS NÁYADES DEL PANTANO

 Cuando el prosaísmo de la vida cotidiana asoma su agobiante cara, me conforta evocar la jornada que pasé con unos amigos en el Pantano de Almansa. Revivir el clima de misterio y fascinación que se respiraba en aquel paraje. Detenerme en los platos típicos que yantamos en una venta cercana y que tanto nos vigoraron el cuerpo y el espíritu. Volver a imaginar las conversaciones que tuvimos...

Fueron momentos de idealidad y de perfecta comunión entre nosotros. Instantes en los que, cautivados por las ninfas pantanosas, conseguimos traspasar el umbral de la belleza. Estados de exaltación que siempre permanecerán en mi memoria...

Nieves Correas Cantos


LA TONTEDAD DEL AMOR

 ¡Te lo dije, Heliodora! Te advertí que ese hombre que te cortejaba era un cursi, mas no me quisiste escuchar. Argüías que el amor nos ponía a todos tontorrones; que nos inculcaba el germen de la mentecatez y nos despojaba del sentido del ridículo... Y sí, tenías razón; pero es que las maneras que se gastaba tu rendido galán no eran normales. Tanta versificación blandengue y ripiosa; tanto requiebro; tanto floreo por aquí y por allá...

Ahora confiesas que no puedes soportar a tu pretendiente y lo llamas empalagoso; declaras que no sabías de su zalamería y afectación...

Nieves Correas Cantos


¡VIVA EL ”GUAY ” Y LOS SUPERLATIVOS!

 En España hemos llegado a un punto en el que todo lo bueno es “guay”; y si no “supermono”, “superguapo”, “superfino”...

¡VIVA EL ”GUAY ” Y LOS SUPERLATIVOS!

Me pregunto qué pasaría si, de manera súbita, los españoles nos quedáramos sin poder pronunciar la palabra “guay”. Considerando la excesiva frecuencia con la que usamos dicho término, la situación resultante sería caótica; un panorama tragicómico capaz de provocar risa y llanto a la vez. Para empezar, nuestras conversaciones aparecerían llenas de agujeros silenciosos; vacíos que, en condiciones normales, hubieran estado ocupados por el dichoso “guay”. Ante tales circunstancias, los hablantes concernidos deambularíamos por el idioma intentando encontrar vocablos que significaran lo mismo que nuestra expresión favorita; pero con escaso rendimiento... 

Y ya el desaguisado sería completo si encima nos quitaran el elemento compositivo “super”. Porque ¿cómo íbamos a sobrevivir sin el superbonito, superlindo, superguay... que también repetimos de manera incesante? 

Nieves Correas Cantos


UN PERCANCE DE VERDAD

 Estimada Nieves: 

Le voy a ser sincero; pero, por favor, no se me enoje. Lo que le quiero decir es que se mostraba usted tan cándida en su último escrito “El viaje de vuelta” que, con certeza, debiera haberlo llamado “Las tribulaciones de una maruja”. Sí, amiga; sí... porque usted no tiene ni idea de lo que es sufrir un contratiempo de verdad en la carretera. Algo que,  sin ser grave, puede estropear el mejor viaje. Como lo que me sucedió a mí el otro día en la autopista. Durante un embotellamiento que duró más de dos horas, quedé encajonado entre la valla medianera de la misma y un enorme camión. Hasta aquí, nada extraordinario. Mas el problema fue que el conductor del gigantesco mamotreto, al descubrirme espiándolo y riéndome mientras se hurgaba la nariz, se entregó con denuedo a bombardear mi parabrisas con sus mocos. Los amalgamaba con papel para que cogieran consistencia y todos alcanzaran su objetivo. Fue horrible. Parecía estar dejado de la mano de Dios; se comportaba como un auténtico cafre...

En fin, apreciada: ¡cuídese!

Le saluda atentamente 

                                                                                              Ambrosio de Guillame

Nieves Correas Cantos


EL VIAJE DE VUELTA

 El otro día, de madrugada, salimos del pueblo en dirección a Barcelona mi marido y yo. Mientras circulábamos por la carretera local, la temperatura en el exterior del automóvil era de cuatro grados bajo cero; y, para que fuera más tenebroso el panorama, una espesa niebla reducía mucho la visibilidad. 

Con estas condiciones atmosféricas, a mí no me llegaba la camisa al cuerpo. Pensaba en las escasas opciones que tendríamos si el coche se paraba en medio de aquel páramo inhóspito y la zozobra no me dejaba respirar... Intenté calmarme. Recordé que ya me había persignado y encomendado a mi ángel de la guarda antes de salir de casa. Puse la música: Los Beatles, Bublé, Diego el Cigala... y, aunque iba sujeta con el cinturón de seguridad, intenté moverme al ritmo de “La culpa fue del cha-cha-chá” de Gabinete Caligari. Mi cónyuge, pendiente de la conducción, bromeaba de vez en cuando conmigo...

Nieves Correas Cantos


LOS CRÁTERES DE LA LUNA

                                                                                                             Dedicado a mi amiga Isabel

No me gusta pelar patatas; lo detesto. Además, no se me da nada bien... Siempre que me dispongo a ejecutar dicha tarea, me acuerdo de esas películas antiguas en las que salía un recluta haciendo lo mismo. Invariablemente, en todos los filmes, la cara del soldado reflejaba una mezcla de fastidio, resignación y melancolía que se podía comprender...

¿Que por qué soy un zote para la monda patatera? Pues no lo sé. Pero lo cierto es que cuando cojo el tubérculo con una mano y el cuchillo con la otra, nunca acierto en el tajo que hay que dar. O me quedo corta o me paso. O dejo piel o me llevo carne.

Y en los casos en que la solanácea tiene ojos es peor. Entonces, las perforaciones que le hago tratando de arrancárselos a veces la atraviesan de parte a parte. ¡Es un horror!  Un conocido muy socarrón, a semejantes agujeros los llama “los cráteres de la Luna”. Esto en principio es bonito; mas, considerando que el interfecto asegura que las verrugas que salen en la zona de la nariz son lágrimas en relieve, no sé qué pensar...

Nieves Correas Cantos


NOCHEVIEJA DE 1972-El poder enajenante del bolero

 En la Nochevieja de 1972 descubrí el poder embriagador del bolero. Fue bailando “Contigo aprendí” con un muchacho no muy alto, peludo, fuerte y horrorosamente vestido. Sólo con decir que llevaba una chaqueta negra de terciopelo, camisa fosforito y calcetines de rombos verdes y azules...

¿Que por qué yo, la típica estudiante reprimida, acabé en los brazos de semejante gañán y rocé con él el cielo? Pues precisamente por eso. Porque estaba cansada de tener que ocultar mis pensamientos; contener mis deseos; mostrarme como no era... Además, en ese momento, me sentía aburrida. Acababa de bailar “Ne me quitte pas” con un joven opusdeísta y necesitaba pasar por algo más tentador...  

Nieves Correas Cantos


EJERCITAR LA MENTE-Propósitos para el nuevo año

 A mí me parece que escribir tendría que hacerlo todo el mundo. Diariamente. Aunque sólo fuera un  párrafo; dos o tres frases con sentido. No sería necesario contar historias trascendentales; bastaría con la descripción de la peladura de una patata, por ejemplo. Mas eso sí, intentando guardar siempre la concordancia gramatical. Esta actividad escritural al principio les resultaría ardua a los no iniciados; pero, como engancha, en no mucho tiempo le cogerían el tranquillo. Y después, a disfrutar...

Nieves Correas Cantos


DON PATÁN DE LA PATANERÍA o La sibila y el adoquín

 Aquel opúsculo anónimo que tanto ruido produjo en el pueblo de Esperezarse lo escribí yo. Debió de suceder por los años de 1960. Recuerdo que después de hacerlo a mano, lo pasé a maquina con papel carbón; y que, luego, distribuí las copias por lugares estratégicos para que todo el mundo lo leyese. Se trataba de una sátira destinada a poner en ridículo al marido de mi profesora de violonchelo: un ricacho prepotente y sin educación que continuamente la humillaba.

Como el zafio solía recrearse en su zafiedad, a la obra la llamé “Don Patán de la Patanería”; y de subtitulo le puse “La sibila y el adoquín”. Me gustaría añadir que tan inflamada estaba cuando pergeñé la composición que ¡hasta hice una parte en verso!

Y es que yo quería mucho a esa mujer menuda y vestida siempre con faldas de tergal que me enseñaba a cultivar el espíritu...  

Nieves Correas Cantos


LA INSACIABLE TRAGALDABAS

Hoy la fama dura menos que un suspiro, sobre todo en la Internet. La Red es como una tragaldabas insaciable. Lo consume todo y a una velocidad vertiginosa. Uno puede estar dos horas estrujándose el chirumen para componer un epigrama sobre el enjalbiego facial, por ejemplo; y luego, la nombradía que consigue con ello dura apenas un minuto: el tiempo que la zampona tiene el poema en la boca y todo el mundo lo puede ver. Es verdad que la notoriedad proporcionada es fulgurante; mas reitero que también es efímera y muy adictiva.

A veces añoro esa época en que la reputación no era pasajera, sino perenne. Los días en los que la Fabiola, una muchacha de mi pueblo, escribió una sátira acerca de las medias fosforito y alcanzó la gloria. Una celebridad tan constante que, después de cincuenta  años, aún perdura.  

Nieves Correas Cantos


LA CONGELATRIZ DEL CHARLESTÓN-El poder heridor de las palabras

 I

Esta mañana hacía un frío insoportable. Mientras esperaba que llegara el coche de línea, todo a mi alrededor aparecía yerto: los árboles del jardín municipal; el pabellón con paredes de plástico que se encuentra delante del bar de la Rufi... Por la calle no se veía un alma; era como si el resto del paisanaje hubiera sucumbido por culpa del tiempo glacial...

II

Para desentumecer los miembros y no quedar convertida en un pasmarote helado, comencé a moverme sin detención ni sosiego. Levantaba un pie y después el otro; ejecutaba un meneíto por aquí y otro por allá. También empleé la fuerza mental: me figuré que una ola de bochorno procedente de Tombuctú invadía el pueblo y que las temperaturas, disparadas, comenzaban a subir... Pero, aun así, continué sintiéndome fría, fría, frigidísima; con la sensación de tener granizado de menta en vez de sangre circulando por las venas...     

III

En eso, y para completar mi malestar, el Policarpo, el tío más sarcástico del pueblo, asomó por una de las esquinas de la Casa Consistorial. Venía embutido en una pelliza con flecos y traía las manos metidas en los bolsillos. Se aproximó al lugar donde yo estaba; y, de manera inesperada, me soltó que al descubrirme arrecida y agitando las extremidades le había parecido la Congelatriz del Charlestón. Y servidora, que sabía que este individuo de todo el mundo se burlaba y a todos les ponía mote, se echó a temblar...    

Nieves Correas Cantos


EL NOVIO DE LA REME – Descubrimiento de una vocación

 Descubrí mi vocación literaria por casualidad; cuando mi amiga Remedios me pidió que le ayudara a redactar una carta ardiente a su novio militar. En aquel tiempo yo era lega en encendimientos corporales y en el arte de escribir; mas, como me chiflaban los retos y carecía de sentido común, no dudé en cooperar con mi allegada.

Recuerdo que los primeros avíos que nos agenciamos la Reme y yo para ejecutar nuestra tarea fueron unas hojas en blanco, un lápiz y una goma de borrar. También me acuerdo de que, después de colocar las tres cosas encima de la mesa, comenzamos a estrujarnos el magín...

Dejamos que nuestra fantasía corriera por los recovecos del erotismo ; permitimos que anduviera por el aquí y por el allí del amor sensual... Pero, por más que lo intentamos, no conseguimos plasmar ni una sola emoción en el papel. 

Fue entonces cuando el Fructuoso, el muchacho más cosmopolita del pueblo, apareció con el diccionario erótico-sentimental que había adquirido en uno de sus viajes y nos salvó. Con semejante cantidad de palabras ya pudimos ponerle nombre a nuestras impúdicas ocurrencias; e, incluso, los mismos vocablos nos inspiraron más. Pergeñamos renglones con mucho sabor...

Lo desagradable de esta historia es que el prometido de la Reme, al recibir la misiva, se apabulló con tanto descoco y rompió la relación.

Nieves Correas Cantos


EL DÍA DE LA COMPRA SUPERGUAY

 Con tanta mercantilización de la Navidad y los fríos decembrinos que no terminan de llegar, estamos todos un poco majaretas. ¡Yo la primera! La otra tarde, me fui al campo con la intención de desconectar y mi cerebro saturado se quebró. De buenas a primeras empecé a ver los pinos y los matojos cubiertos con bolas de colores y espumillón; y de detrás de unos riscos oí salir los compases de “Mi burrito sabanero”...

Y es que este machaqueo constante que sufrimos en beneficio del consumo no se puede soportar. ¡Pero si vivimos rodeados de luces, papanoeles y mensajes sensibleros prácticamente desde el verano!¡Y además continúa sin llover! Qué desastre más tremendo...

No quiero ser agorera, mas sin nada que nos incite a prepararnos espiritualmente para las Fiestas que se avecinan, acabaremos creyendo que el 25 de diciembre se celebra el Día de la Compra Superguay o algo por el estilo...

Nieves Correas Cantos

EL PIJIRITITO

 “Pijiritito”: he aquí un término que más que palabra es palabro por lo extravagante que resulta. “Pijiritito” es un vocablo que no conoce casi nadie; y, además, no lo recoge el diccionario. Las pocas almas que lo usamos lo hacemos para referirnos a un vahído, un soponcio, una privación del sentío... Y siempre siempre tiene para nosotros un valor afectuoso y ciertamente despectivo...

En el pueblo donde nací y me crié, fue muy sonado el pijiritito que tuvo doña Leopoldina allá en la década de los cincuenta del siglo pasado. A la ilustre dama le dio un síncope cuando, a la vuelta de un viaje a Valencia, se encontró con que su hijo había profanado su hogar con una cupletista con la que andaba en enredos. Y para mayor escarnio, ¡los pecadores habían copulado en su lecho conyugal! ¡Cuántas veces tuvo que ir después el cura a rociar con agua bendita los rincones de aquella morada! Aún recuerdo verlo pasar acompañado de los monaguillos y el hisopo camino de la casa deshonrada...

Nieves Correas Cantos

LA EXTRAÑA MISIVA

 Estimada Nieves:

Como la juzgo muy puesta en técnica escritural, me dirijo a usted para pedirle que me ayude a redactar mi alucinante experiencia. Verá: siempre he sido una mujer bastante fría; pero, desde hace un tiempo, estoy poseída de un frenesí que me devora y me impide pensar. Es un entusiasmo que no deja de abrasarme ni de noche ni de día. El causante de mi impetuoso estado es un caballero que conocí hace dos meses en una tienda de vinilos. Un hombre que me sujetó con sus brazos cuando estuve a punto de caerme luego de tropezar en la pata de un disquero. La cuestión es que este señor y yo iniciamos un idilio y ahora vamos de desenfreno en desenfreno...

Para hacer perfecta la vivencia que le acabo de contar, sería preciso que la plasmara en el papel de una manera poética. Mas conseguir semejante cosa con mi nulo lirismo se me antoja imposible. Es por tal motivo por el que recurro a usted y a su infinita sapiencia. Sé, porque así lo ha manifestado en sus escritos, que la línea que separa lo sublime de lo vulgar en muy delgada; que cualquier vocablo inadecuado puede achabacanar la descripción más hermosa; que la cursilería termina corroyendo el arte... Y también declaró usted en su último relato que, para tratar sobre temas erótico-sentimentales, convenía afinar el ingenio...

En fin. Esperando su contestación, le saluda atentamente  

                                                                                                Gumersinda del Polo

 Nieves Correas Cantos

ESCRIBIR CON EL CORAZÓN – Opiniones de una friki

 En la novela “La otra comedia”, la actriz protagonista interpreta magistralmente el papel de mujer enamorada hasta que se amartela de verdad; a partir de ese momento, su actuación resulta patética. Sin llegar al extremo planteado por Somerset Maugham, pienso que el sentirnos arrobados por una pasión puede dificultarnos su expresión artística. 

ESCRIBIR CON EL CORAZÓN – Opiniones de una friki

No sé qué significa el término “escribir con el corazón”. Lo he oído muchas veces, mas se me escapa su alcance. Que yo sepa, uno redacta con la cabeza. Podría resumirlo diciendo que, en el momento de componer un texto, la imaginación propone y el entendimiento dispone. Y da lo mismo que el artículo que estemos pergeñando sea de costumbres, de sexo o de amor. Incluso declararía que, en los casos de sexo y de amor, es más necesario afinar el ingenio.

Intuyo que cuando alguien manifiesta muy ufano que “escribe con el corazón” se está refiriendo a que plasma sin labrar los sentimientos que lo embargan. Eso puede estar muy bien, pero el peligro son los excesos...

Nieves Correas Cantos

MI CUENTO NO TIENE QUIEN LO LEA

 Por Internet circulan miles de cuentos ignorados. Textos que sus creadores pergeñaron con la máxima ilusión. A esos autores va dedicado mi escrito.

MI CUENTO NO TIENE QUIEN LO LEA

¡Uf! El escrito que publiqué anteayer prácticamente no ha tenido aceptación. Falto de comentarios y emoticonos, mi relato deambula por La Red cual si fuese un alma en pena rezumando melancolía. Es muy triste verlo así, sin apenas ningún lector que le diga “me gustas”. Su desamparo es más palpable cuando aparece cerca de uno de esos posts que tanto entusiasmo suscitan. Sí, aludo a esos que semejan ser árboles de Navidad con cientos de luces rojas, azules y amarillas...

Según pasan las horas, mi narración se va amustiando más y más porque los leedores satisfechos continúan sin mostrarse. Yo le digo a mi cuento que tenga paciencia y aplomo; que sus méritos están ahí, sean o no reconocidos... 

Nieves Correas Cantos

MI AMIGO PERICO, LA ANEMOIA Y EL PERIODO DE ENTREGUERRAS

 Siempre he sentido una nostalgia infinita por el tiempo de entreguerras. ¡Y lo más sorprendente es que yo esa época no la viví! Mi amigo Perico dice que lo que me sucede a mí se llama “anemoia”. No tengo ni idea de qué habla porque semejante palabra es la primera vez que la oigo. Pero imagino que si mi allegado lo asegura, será verdad.

Lo cierto es que cualquier cosa representativa del período al que me refiero me sumerge en la melancolía; ya puede ser una imagen, un texto, una tonada...

Quizá esta extraña añoranza que me invade esté relacionada con el hecho de que en mi infancia y juventud me empapé de literatura y música de aquellos años. Entonces, “París era una fiesta” era mi libro de cabecera y “Night and Day” mi canción. Y también, con que mi padre me contaba sucesos que habían ocurrido en esos días y mi madre me llevaba al cine a ver películas de Judy Garland...

Nieves Correas Cantos  

TODO POR EL MOMIO

 Si yo fuera un hombre libre, seguramente actuaría de otra manera; empero como he vendido mi alma al diablo a cambio de un estatus envidiable, me debo a lo que mande mi amo y señor. Mire: servidor y muchos más yacemos amontonados en un graderío con la única función de asentir a todo lo que proponga el jefe. ¡A todo! ¡Aunque nos parezca un disparate! Somos un grupo de peones sin honra, pero con momio; una colectividad de vasallos siempre dispuesta a decir “amén”. 

Yo a veces tengo mala conciencia porque de pequeño me inculcaron unos principios que poco tienen que ver con el utilitarismo actual. Mas cuando pienso en las consecuencias que tendría mi rebelión, mi sentimiento de culpa se desvanece. Y es que fuera del anfiteatro hace un frío helador; una gelidez que no invita al disenso... 

Nieves Correas Cantos

CADA LOCO CON SU TEMA - ¿Por qué creemos que nuestras dolencias son las más interesantes?

 Nada, que no puedo contar mi operación de retina. A mí me parece del máximo interés; pero cada vez que intento referírsela a alguien, ese alguien reacciona relatando su propia exploración o intervención quirúrgica y me tengo que callar. 

Es horrible porque, sin importarme lo más mínimo, me veo obligada a atender descripciones interminables sobre reconocimientos prostáticos, colonoscopias, uñeros, tajaduras de callos... La última sucedió ayer mismo, cuando una amistad me narró su operación de juanete con toda minuciosidad. Creí morirme de aburrimiento... Además al juanete no lo llamaba juanete, sino hallux valgus. ¿Se puede superar tamaña cursilería? Mi allegado permaneció más de una hora con el hallux valgus por aquí y el hallux valgus por allá...

Para poder sobrellevar tanto rollo macabeo, no tendré más remedio que convertirme en una experta en paripés. Aprender a simular que escucho mientras mi mente anda libre por lugares mágicos...

Nieves Correas Cantos