sábado, 19 de noviembre de 2016

Opiniones de una mujer madura


La ilusión, cuando eres mayor, cuesta mucho encontrarla. En cambio, los achaques siempre están llamando a tu puerta.
Los recuerdos se desvanecen y las ganas de jaleo menguan a toda velocidad; pero de soledad y de rutina andamos sobrados.
Sentimos vértigo porque no sabemos como llenar nuestros días y nuestras noches; y el asunto de las pensiones nos acongoja y nos pone de los nervios.
Ante este panorama, es fácil deprimirse; pero hay un remedio que sirve para paliar tanto sinsabor. Este medicamento se llama escribir; y es la cosa más maravillosa y el ejercicio mental más completo que existe.

Escritores e Internet


Internet es un escaparate universal, pero su muestrario es tan enorme y sus cambios tan rápidos, que en ella es prácticamente imposible sobresalir.
De eso sabemos mucho los miles de escritores desconocidos que utilizamos La Red para exponer nuestras obras.
Aspiramos a que una editorial nos descubra y consolide nuestras carreras, pero eso no suele suceder. Lo normal es que acabemos leyéndonos unos a otros y enviándonos panegíricos. ¡Qué le vamos a hacer!

¿Una quimera?


Cada día empiezo un escrito, pero nunca lo acabo: me falta motivación. Siento que mi actividad como escritora está empantanada; que no consigo despegar. Tengo la sensación de estar en un subterráneo y de que nunca voy a llegar a ver la luz.
Necesito hacer más visible mi obra y no sé cómo lograrlo. La Red es un escaparate universal; pero en ella se cuelgan tantos textos que, independientemente de la calidad que tengas, es dificilísimo descollar.
Además de aquí, me gustaría exponer mis escritos en papel. A veces envío un artículo a la sección “Cartas al Director” de algún periódico, y siempre obtengo buenos resultados, pero sin más consecuencias. Colaborar con ellos o con alguna revista sería mi sueño, y creo que satisfaría mis aspiraciones.
En fin, amigos: cuando me desaparezcan las ansias y recobre la resignación, volveré.