La ilusión, cuando eres mayor, cuesta mucho encontrarla. En cambio, los achaques siempre están llamando a tu puerta.
Los recuerdos se desvanecen y las ganas de jaleo menguan a toda velocidad; pero de soledad y de rutina andamos sobrados.
Sentimos vértigo porque no sabemos como llenar nuestros días y nuestras noches; y el asunto de las pensiones nos acongoja y nos pone de los nervios.
Ante este panorama, es fácil deprimirse; pero hay un remedio que sirve para paliar tanto sinsabor. Este medicamento se llama escribir; y es la cosa más maravillosa y el ejercicio mental más completo que existe.