¿Son imaginaciones mías o la gente va realmente atropellándote por la calle?
¿Son las personas educadas una especie en extinción?
¿Por qué hay quien piensa que los buenos modales son propios de siervos y no de príncipes?
¿Me estaré convirtiendo en una vieja intransigente y cascarrabias?
No lo sé. Pero lo cierto es que cada día, so pena de que me arrollen, debo ceder el paso a ejecutivos agresivos; hombres y mujeres en la flor de la vida; muchachos que podrían ser mis nietos...
Cuando me cruzo con un grupo, en el semblante de alguno de sus componentes veo dibujada la vergüenza que siente por no dejarme pasar. Pero, ¿qué pasaría si lo hiciera? ¿Se significaría? ¿Parecería débil? ¿Quedaría descolgado del resto de la manada?
¿Y qué decir de los perros que te olisquean y te lamen ante la pasividad más absoluta de sus dueños?
¿Y de los monopatines que te ponen histérica rulando detrás de ti, y que te dejan sin tobillos como te descuides?
Insisto: hay gente con maneras principescas, pero los maleducados pululan por doquier.