I. El Descanso Eterno
Los días más alucinantes del verano de 197. fueron los que pasamos en el pueblo de Enigma; durante nuestro periplo sureño. Cuando llegamos al apartado lugar, nos encontramos con que allí sólo había una pensión. Una hospedería establecida por la hermana de un cura y en cuya fachada figuraba el curioso nombre de “El Descanso Eterno”...
II. El descarrío
Como nosotros no estábamos casados y por lo tanto no teníamos libro de familia que presentar, en el momento en que le solicitamos a la patrona del albergue una habitación doble, la devota mujer, muy indignada, nos contestó que de eso ni hablar; que aquella era una casa decente... Y, después de soltarnos una parrafada sobre el descarrío, lo único que se mostró dispuesta a concedernos fue un cuarto compartido con un tratante de granos para ti y un aposento individual para mi persona...
III. Los jipis
Se daba la circunstancia de que a pocos kilómetros de Enigma había una playa nudista. Un trozo de litoral de difícil acceso al que cada día acudíamos para bañarnos. En tales momentos alternábamos con algunos jipis que acampaban en los alrededores; personas que vivían a su aire y con cosas interesantes que contar...
IV. Los resignados
Así llamábamos a los jóvenes del pueblo. A los que decían envidiarnos por poder viajar juntos estando solteros. Con ellos tratábamos por las tardes; en el bar o en el paseo...
V. El desenfreno playero
Aunque parezca mentira, unos cuantos muchachos y sus futuros suegros iban cada mañana a espiar a los desnudistas. Llenos de curiosidad, se ahitaban de ver las partes pudendas de los demás; y luego, en el café, criticaban con mucha dureza lo que ellos consideraban un desenfreno playero...
VI. La última noche
La última jornada que permanecimos en la pensión, pudiste sortear la vigilancia de la dona y viniste a mi habitación. Fueron horas en las que nos pareció oír a la beata y a sus amigas rezar el rosario a media tarde; el sonido de un clarinete interpretando “Pequeña flor” al anochecer; y el canto de un gallo a la mañana siguiente...
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