El genio de la felicidad, para evitarme disgustos, escondió el suplemento del periódico que traía la noticia; pero yo, que no me privo de leerlo cada día, rebusqué y rebusqué hasta encontrarlo.
Estaba en medio del maremágnum de papeles que tengo encima de la mesa; concretamente, entre una revista de economía y un “Historia y Vida”; y nada en su portada presagiaba el bombazo que llevaba dentro.
Me topé con la bomba en la página no sé cuántos, encima de un artículo sobre vinos. Y se trataba del anuncio del próximo estreno de una película titulada “Los años más bellos de una vida”, continuación (decía) de la mítica “Un hombre y una mujer”.
La noticia venía ilustrada con tres fotografías: en el centro, un fotograma del primer filme con Trintignant y Anouk Aimée luciendo esplendorosos; y a ambos lados, unos del segundo, donde aparecían los dos protagonistas tal como son en la actualidad.
Aquellas imágenes me llenaron de ternura y también de tristeza; pero cuando me enteré del argumento, la cosa fue a más y un sinfín de emociones (sorpresa, desasosiego, contrariedad, rechazo...) me embargó. Que se reencontraran esos dos ídolos de mi adolescencia en una residencia de ancianos, conservando el cariño y con el Alzheimer rondando por ahí... en fin, que el asunto me causó una gran conmoción.
Menos mal que con el paso de los días fueron moderándose todos estos sentimientos; y hoy, lo que prevalece en mi ánimo es la curiosidad. Seguro que este fin de semana, que es el estreno, voy a verla.