viernes, 13 de marzo de 2015

Domingo de Ramos: dos cotillas en acción


Como Domingo de Ramos es un día de mucho visiteo, para evitar que alguien me coja desprevenida y me vea al natural, me levantaré temprano y me pondré los perejiles enseguida. A media mañana recibiré a mi amiga Micaela. Al vernos nos daremos los parabienes por nuestros respectivos modeletes, y después subiremos al balcón a ver la procesión. Desde este estratégico lugar, y ocultas nuestras miradas por sendas gafas negras, pasaremos revista a todo y a todos; y como ella vive permanentemente en el pueblo, me irá informando de las vicisitudes de cada cual.
Cuando pase la procesión, Micaela y yo atajaremos por el callejón y llegaremos a la iglesia antes que ella. Cogeremos un buen sitio para seguir inspeccionando a la gente y ver sus vestidos de estreno; y no perderemos ripio de los cuchicheos que se produzcan a nuestro alrededor. 
En acabar la misa saldremos deprisa a fín de coger una buena mesa en el bar de la plaza. Allí nos tomaremos un piscolabis y seguiremos curioseando. Será la última oportunidad que tengamos de descubrir lo que se nos haya escapado en la procesión o en el templo.

Este escrito es un dardo contra aquellos que han hecho de la crítica y de la murmuración la razón de su vida; y contra aquellos feligreses que utilizan los templos como escaparates para ver y ser vistos.

viernes, 6 de marzo de 2015

Fantasía recurrente


La dosis de locura que todos necesitamos para mantenernos cuerdos yo la consigo escribiendo. Y ahora, después de esta aclaración, voy a exponer mi texto...

                                                  Fantasía recurrente
Cuando la estabilidad y el equilibrio me abruman y no puedo respirar, me imagino bailando y encuentro consuelo. En mi fantasía estoy en un entoldado; la noche de San Juan. En el escenario está Moncho susurrando un bolero y en la pista yo, en medio de la gente, girando y girando sin parar. La realidad gira conmigo... cada vez más deprisa; y el confeti y las serpentinas invaden el aire y lo cubren todo. Me voy sintiendo eufórica, desinhibida, y entro en una especie de estado psicodélico donde todo es luz y color, y las cosas se perciben de distinta manera. Luego viene el clímax, y después, la vuelta a la realidad y a la vida ordinaria.

P.D. Quizá penséis que un bolero susurrado no es el acompañamiento adecuado para un viaje de este tipo, pero no se que deciros. A mí me gusta todo: el bolero susurrado y el escupido; la música americana de los cuarenta-cincuenta; Leonard Cohen y Moustaki... pero en las fantasías ya se sabe...

domingo, 1 de marzo de 2015

Valió la pena el viaje


Ayer, mi marido (José, elsoto) y yo fuimos al encuentro organizado por Carmen en Madrid. Íbamos un poco acoquinados porque no conocíamos a nadie, pero enseguida nos sentimos cómodos porque los asistentes eran muy educados. Como también eran amenos, el encuentro resultó contenido y agradable, y nos satisfizo tanto que creemos que el viaje valió la pena. La organización fue de primera, y la visita a la casa-museo de Lope de Vega muy interesante. Si a eso añadimos que los dos guías eran guapísimos y amabilísimos, y que la comida estaba muy buena, ¿qué podemos pedir más?
 
¡Gracias, amigos, por el buen rato que nos hicisteis pasar!