jueves, 7 de julio de 2011

La nevera de mi casa

A la gente que viene a mi casa por primera vez, lo que más le llama la atención y le gusta es el frigorífico. Cuando la Semana Santa pasada mi hija y yo decidimos decorarlo, debíamos estar en vena, porque nos quedó precioso. Lo primero que hicimos fue salpicar la puerta de confetis, y despues estampar en la parte de arriba nuestros nombres. En la parte de abajo escribí una estrofa de la canción "Ojos verdes", que me parece genial, y que es aquélla que dice: "serrana, me das candela y yo le dije gaché..." En la pared derecha escribí, en hilera y por orden alfabético, las palabras que considero las más bellas del idioma; y en el espacio restante, desordenadas, una serie de palabras que hoy apenas se usan, pero que llevo en el corazón porque formaban parte de mi vocabulario cuando era pequeña. Tambien he reservado un hueco para ir apuntando las palabras que descubro de cuando en cuando. En el otro lado del frigorífico, mi hija escribió caligramas y maravillosos poemas de Salvat-Papasseit como "Res no és mesquí" y "Collita de fruits". En fin, que en vez de llenar la nevera de los consabidos imanes, la llenamos de palabras, lo que fue infinitamente mejor.