En cuanto leyó mi último escrito,
la sabia Cipriana, dejando un rato de pontificar, vino a casa y me enmendó la
plana. Según dijo, en dicho escrito yo había cometido una falta garrafal,
propia de zotes: había puesto “simpar” en lugar de “sin par”. Una, que es como
es (insegura y dubitativa), enseguida pensó que Cipriana estaba en lo cierto y
se abochornó; pero hete aquí que a esa una se le ocurrió consultar el
diccionario antes de que la bienintencionada amiga se fuera a su casa, y
descubrió que se admiten las dos grafías.
miércoles, 23 de julio de 2014
lunes, 21 de julio de 2014
Calorina
Con tanto calor y tanta humedad estoy para el arrastre.
Solamente encuentro alivio de madrugada, cuando el aire que corre de la galería
al balcón atraviesa mi cuerpo. Entonces me siento fenomenal; tanto, que me
pongo a hacer ejercicio. Mientras me muevo con una gracia simpar, oigo la
radio. Me entero de todos los aconteceres habidos y por haber, y cuando acabo
soy una mujer tremendamente informada. Luego desayuno, y si puedo duermo un
rato.
viernes, 4 de julio de 2014
Hacer gimnasia
Mi conexión con la gimnasia viene
de antiguo. Exactamente de cuando era adolescente. En esa época lo pasé muy
mal, y si no hubiera sido por lo que me fortalecía practicarla…
Al principio los ejercicios eran
sencillos y de corta duración. Después, poco a poco, fui soltándome. Como mi
pompis no paraba de crecer y tenía tendencia a desparramarse, hice con ahínco
un ejercicio que consistía en ponerse de rodillas e ir sentándose alternativamente
a un lado y a otro. También los hice a propósito para afinar la cintura; y para
andar erguida. Con estos últimos creo que me pasé de rosca, porque ahora hay
quien dice que voy más derecha que un sable.
martes, 1 de julio de 2014
Vida prosaica
Cuando advierto que estoy despierta, miro las rendijas de la
persiana: si veo clarear me levanto. Las gaviotas enseguida se ponen a graznar;
sé que son alrededor de las cinco y media.
A oscuras voy al comedor y abro la ventana. Asomo la cabeza
y compruebo que no hay nada ni nadie en el balcón. Me voy a la cocina…
Me enguanto con látex y echo en la olla los ingredientes
necesarios para el guiso. La coloco encima del fogón apagado y friego. Después,
salgo a la galería y enciendo el calentador.
Vuelvo al comedor, recojo de encima de la mesa el periódico
atrasado y demás papeles y los meto en una bolsa para tirarlos.
Preparo los bártulos y me dispongo a hacer gimnasia.
Y así un día, y otro, y otro…
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