sábado, 26 de febrero de 2011

El poder y la eutanasia


Ante la campaña que se avecina y tanta voz favorable a la eutanasia, se echan de menos otras que reconozcan el mérito y el valor de todos aquellos que, a pesar de sus graves problemas de salud, escogen seguir viviendo.

Un punto de vista materialista sobre el asunto (impropio de la condición humana y por tanto de la clase política) llevaría a plantear que estas personas, al ser improductivas y necesitar tantos cuidados, le cuestan al erario ingentes cantidades; pero hay que tener en cuenta que en la misma situación están casi todos los ejercitantes de determinadas profesiones, sin que nadie los cuestione.

Sería magnífico que nuestros gobernantes, además de informar sobre el derecho (ciertamente indiscutible) a morir dignamente de todos aquellos que sufren, lo hiciera también sobre el derecho a vivir de la misma manera, poniendo todos los medios para que esto suceda; que animara a estas personas, que en su mayoría sufren graves depresiones, con mensajes optimistas; y que colaboraran con la familia para conseguir que se sientan queridos, respetados y necesarios.

Y, finalmente, que cuando alguien se decida por la eutanasia, la autoridad se cerciore de que lo ha hecho libremente, cosa harto difícil considerando la dependencia emocional que tienen estas personas y lo influenciables que pueden llegar a ser; y aún mas, viendo como glorifican algunos medios de comunicación a quienes optan por esta segunda opción.