¡En menudo berenjenal me he metido! Me propusieron un reto y lo acepté. Nada más y nada menos que escribir un poema sobre la malicia. Yo, que desconozco por completo las reglas de la versificación y que nunca he tenido un arrebato lírico... Tampoco soy psicóloga ni sacerdotisa. Pero... ¡si ignoro por completo lo que anida en el corazón de los mortales!
A fin de no encontrar muchas dificultades he optado por el verso libre; de esta manera no tengo que atender a rimas, metros y demás... Asimismo, para hablar con propiedad de la perversidad me he fijado en el modo de proceder de un malvado. Se trata de un hombre que me presentaron hace tiempo. Un ser que curiosamente gozaba de gran predicamento entre sus semejantes y al que mi menda en secreto llamaba “El de la doble intención”.
En principio he hecho un borrador. En cuanto lo leáis, advertiréis que es muy reiterativo. Sé que con dos estrofas bastaría para expresar lo que quiero dar a entender; empero el problema reside en que me comprometí a componer más de cuatro fragmentos.
En fin, allá va...
PALABRAS ENVENENADAS
Voces aparentemente laudatorias que contienen ponzoña
Estiletes envueltos en tisú
Hilos de oro para disimular el acero...
Tósigos recubiertos de encomios desmesurados
Jazmines para enmascarar boñigas malolientes
¡Loores a mansalva! ¡Retorcimiento! ¡Doblez!
Vocablos de aspecto luminoso que cuando se disuelven,
sueltan un veneno que quizá no tenga antídoto...
Hablas nocivas, solapadas...
Peroratas demenciales que pueden causar un daño moral de incalculable tamaño...
Tontos por aquí, tontos por allá...
Fanes, hinchas, propagadores del vilipendio
Estúpidos incapaces de percibir la mordacidad...
Nieves Correas Cantos