Yo no soy gorda ni flaca;
alta ni baja; guapa ni fea... Yo soy una mujer corriente y moliente
que se llama Procesa. Como me conozco y sé lo que me favorece, me
saco partido; y la gente que me ve diría que tengo estilo.
De joven no me gustaba
que me hicieran fotografías porque era muy asimétrica y no daba
bien en ellas; y ahora, me causa pavor ver una cámara enfocándome
porque no me reconozco en mi retrato. La cuestión es que mi cuerpo y
mi psique no andan parejos; que no envejezco lo mismo por dentro que
por fuera; que mi cuerpo se arruga y mi ánimo no; que mis impulsos
son de cuadragenaria y mi faz de señora provecta; que me causa
desazón verme retratada; que ésa no soy yo; que es el resultado de
una aplicación informática que me ha envejecido veinte años...