A primera vista se parece a mí porque tiene mi piel, mi pelo y mi mirada; pero observándola detenidamente se ve que también ha heredado muchos rasgos de su padre.
Cuando era un gorgojo yo la dormía tarareándole "El cant dels ocells"; y ahora, cada vez que oye esa canción se emociona.
A mí me llamaba Mamá y a su padre Papá-Pepe (quizá porque no tenía muy claro eso de decirle papá y que el resto del mundo lo llamara Pepe).
Su libro favorito era "Sin noticias de Gurb", de Eduardo Mendoza. Papá-Pepe se lo leía una y otra vez; le fascinaba.
Mi hija es mi lucerito y la razón de mi vida. Influye mucho en mí y yo influyo mucho en ella; y estamos tan unidas que no nos hace falta hablar para entendernos.
Ahora mi hija es una mujer y se va a independizar; y yo estoy alegre porque la veo ilusionada; y la voy a ayudar en todo lo que pueda; y todos vamos a ser felices; y no sé por qué, me pongo a llorar...