lunes, 29 de diciembre de 2008

Cinéfilos

Mi relación con el cine sobrepasa los límites de la diversión y se ha convertido en un exceso. Se lleva mi tiempo y mi dinero, y lo que me da a cambio, unas veces me gusta y otras me disgusta, pero siempre me fascina.
Hay varias personas en la ciudad compartiendo esta pasión. No sé sus nombres, dónde viven, o a qué se dedican, pero todos los sábados y los domingos, invariablemente, coinciden conmigo en la puerta de las salas donde se exhiben las películas de estreno.
Acudimos a la primera sesión y con tiempo de sobra; por lo tanto, ocupamos los primeros lugares en la hilera de gente que se forma delante de la ventanilla para poder sacar la entrada. Mientras aguardamos a que abran nos echamos miradas curiosas intentando desentrañar por enésima vez el misterio de porqué, siendo aparentemente tan distintos, tenemos el mismo reconcomio.
Conocemos todos los cines y a sus respectivos acomodadores; sabemos donde tienen situados los lavabos y si las bebidas que despachan en sus vestíbulos están enlatadas o son a granel; y también conocemos la música con que nos van a amenizar la espera hasta que dé comienzo la sesión.
A todos nos da por sentarnos en las últimas filas: en lo único que diferimos es en la centralidad de los asientos, pues hay quien prefiere en el centro-centro y otros en el lateral.
Si se incorpora un nuevo cofrade a esta compañía, ya sabe donde encontrarnos. O también nos puede mirar a los ojos porque seguro que encuentra un fulgor extraño en ellos que nos hace diferentes del resto de los espectadores, pues al fin y al cabo, éstos van a pasar el rato o a lucir, y nosotros vamos a calmar un ansia.

martes, 23 de diciembre de 2008

Con los cinco sentidos

En mi pueblo, para aconsejar a alguien que lleve cuidado o que preste atención en cualquier asunto, se le dice que vaya con los cinco sentidos. Interiorizar lo que literalmente dice esta locución nos sería muy útil a todos para prevenir accidentes; también a los que van por la calle con los auriculares puestos, porque ¿no se dan cuenta de que si se abstraen con la música del reproductor de audio y meten el pie en la calzada, por donde viene un coche a toda pastilla, será el bocinazo (que no podrán oír) de éste el que les salvará de ser atropellados? Esta situación no es comparable con la de aquellos que tienen déficit auditivo o visual, pues éstos, conscientes de sus carencias, suelen circular con la máxima cautela. Añadir que deberíamos considerar que, cada vez que cruzamos la calzada con el semáforo en rojo delante de un niño, desbaratamos la enseñanza de sus padres al respecto.

lunes, 15 de diciembre de 2008

El Espíritu Navideño

En su afán por inculcarnos “el espíritu navideño” consistente en llenarnos de ansia de comprar y comprar, el capital, un mes antes de que el almanaque nos diga que estamos en Navidad, ha convertido nuestras urbes en un remedo de la ciudad de Las Vegas. A la manera en que las tragaperras crean adicción a los jugadores, la ornamentación, las luces centelleantes de los comercios y la música machacona de los villancicos produce en nosotros un deseo irrefrenable de consumir. El alumbrado de las calles, papanoeles repartiendo caramelos y carteros reales estratégicamente situados en las inmediaciones de los centros comerciales, amén de la lluvia de anuncios publicitarios emitidos por la televisión, ayudan a conseguir el propósito de esquilmarnos.Como estas fiestas son funestas para nuestra salud (comemos, fumamos y bebemos en demasía) y para nuestra economía, ¿no podrían los poderes públicos limitar este desmán, y poner en marcha una campaña antinavideña que junto con la antitabaco, la antialcohólica y la antiobesidad, tanto bien nos haría?

domingo, 7 de diciembre de 2008

Lingotazos y chupitos

Cuando eres serio, circunspecto y aburrido, la gente de la clase, salvo para los quehaceres que atañen al estudio (trabajos conjuntos, resolución de problemas, etc.), pasa de ti.
En los jolgorios te encuentras desplazado e incómodo, hasta que un día descubres que tomándote un par de cervezas te vuelves desinhibido y ocurrente. Tus amigos celebran el cambio: ¡Eres cojonudo!, te dicen. Y tú, por primera vez, te sientes integrado. A partir de ese día consideras que el alcohol te es indispensable para triunfar. Enseguida, las dos cervezas son insuficientes para ponerte a tono con el ambiente, por lo cual hay que aumentar la dosis. Tomas cócteles que te saben a gloria: participas en concursos para dirimir quién es el mas macho en razón del número de lingotazos y chupitos que aguanta sin desplomarse; y bebes, y bebes.Al final, de soso pero apañado pasas a ser un guiñapo sin salud y sin libertad.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Móviles y consideración

Apartar la vista del prójimo cuando cae en una situación ridícula o ayudarlo si por un percance lo necesita es un comportamiento demodé; hoy, lo que priva, es grabar el hecho con el teléfono móvil y colgarlo en la Red para disfrute general.
Es difícil aceptar que cuando tropiezas y te caes, o una ráfaga descubre tu ropa interior, o tu semblante refleja la angustia que te produce el no poder llegar a fin de mes, o le prodigas caricias a tu pareja, haya siempre en las inmediaciones una persona provista de un móvil dispuesta a captar las imágenes. Ni que decir tiene que si te hicieras un chichón, el golpe de aire pusiera a la vista tus partes pudendas, padecieras un ataque de ansiedad o las caricias fueran a más, la visión "molaría mogollón".

domingo, 30 de noviembre de 2008

Alcancía y DVD

Hace tiempo, cuando mi abuela me contaba episodios de su vida, yo apenas la entendía, así que enseguida desconectaba y me ponía a pensar en mis cosas. A ella le pasaba igual conmigo: oyéndome, la mayoría de las veces se quedaba in albis. Como la falta de comunicación entre nosotras iba aumentando, un día decidimos intercambiar conocimientos referidos al lenguaje. Así, mientras yo me enteraba de la significación de palabras como enjalbegar, palangana, alcancía o baleo, ella hacía lo mismo con DVD, airbag, ciberespacio o escáner.
La experiencia fue un éxito; ahora mi abuela y yo nos conocemos mejor y nos compenetramos. Este puente nos hemos ido juntas a la “Tierra del Pijo”, en Albacete, de donde es oriunda. Allí me ha enseñado barreños, trébedes, alcuzas y palmatorias, y también he sabido lo que es arrecirse de frío.

martes, 25 de noviembre de 2008

“Rádar”, “cónsola”, y una carta de “pesame”

Llevo tres días intentando escribir una carta de pésame pero no lo puedo conseguir. No encuentro las palabras con las que expresarle a mi allegado la tristeza que me produce su desgracia: ¡si fuera apropiado utilizar un emoticono...!
Hace tiempo yo era capaz de hacer un escrito de manera correcta, pero desde que me comunico a través de Internet, voy perdiendo esta facultad. Emulando a mis correspondientes, omito los signos ortográficos, me como letras, fraseo mal, no guardo la concordancia gramatical y uso los iconos en demasía.
Además, se me está pegando ese modo de hablar consistente en acentuar la sílaba que antecede a la que de verdad se tendría que acentuar; digo rádar en vez de radar, cónsola por consola, bónito por bonito etc.
Me gustaría enmendar estos errores, pero el medio me lo pone difícil. En fin, que el panorama en lo que se refiere al lenguaje es desolador.