sábado, 29 de septiembre de 2012

Cartas de mi pueblo - Año 1962

Primera carta: ¡Menudo escándalo! Manuela: te escribo para decirte que el otro día se murió el Benito, el marido de la alfarera. Aquí en el pueblo estamos todos conmocionados y sorprendidos porque no era muy mayor, y además, que supiéramos, no estaba enfermo de nada. Fue de repente, y según me contó la Teodosia, que fue quién lo amortajó, acababa de comerse un cocido. Dice que la alfarera, después de quitar la mesa, salió a la calle a vigilar unas alcancías que había puesto a secar, y que cuando volvió, se encontró al Benito en el suelo, desmayado. Al ver aquello, voceó a las vecinas; éstas acudieron enseguida y avisaron al médico, pero cuando él llegó, el Benito ya estaba tieso. El entierro fue multitudinario y muy sentido. Sus compañeros de francachelas no paraban de llorar, y la viuda estaba catatónica perdida. Las andas las llevaron sus hermanos y un sobrino, y cuando estábamos a punto de enterrarlo, la María del Jarauce lanzó un lamento desgarrador y se desplomó. ¡Figúrate el escándalo que se organizó (recuerda que la María fue la primera novia del Benito)! Bueno, me voy a hacer la comida, que el Nemesio está a punto de llegar. En la próxima carta te contaré más cosas. Escríbeme pronto y dime si tenéis pensado vender la viña.