jueves, 17 de octubre de 2013
La soledad de Faustino
De lunes a viernes, Faustino permanecía en la costa, y los fines de semana volvía al pueblo. En la costa vivía en un piso de alquiler con tres paisanos que trabajaban también de albañiles. El piso era malo y alejado de su lugar de trabajo, pero era lo más adecuado a sus posibilidades que pudo encontrar. Como era insociable y suspicaz, Faustino no se avenía con nadie, y lejos de la influencia de Elvira, empezó a beber más de la cuenta.
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