sábado, 7 de septiembre de 2024

LA OBLIGACIÓN DE TRIUNFAR

 I

Yo de pequeño era un ser anodino. Como no tenía ninguna gracia especial, nadie se fijaba en mí. Mis amigos eran también chiquillos carentes de toda habilidad; criaturas insignificantes que pasaban totalmente desapercibidas...  

II

Enfrente de nosotros estaban los niños poseedores de un don. Chicos con cualidades especiales que brillaban más que el sol y que a todo el mundo encandilaban. Huelga decir que a los modestos, los sobrados nos caían fatal...

III

Mi condición de poca cosa se vio confirmada cuando mi tía Magdalena le mostró a un experto un dibujo de una figura humana hecho por mí, y éste vaticinó que no llegaría muy lejos. Aunque eso sí, me predijo la carencia de un porvenir brillante con muchos tecnicismos y alguna que otra palabra de consuelo... 

IV

Al principio, con la etiqueta de mediocre adherida a mi persona, lo pasé muy mal. Pero cuando advertí que la admiración de los otros significaba esclavitud, me conformé con mi suerte. Libre de la obligación de triunfar, un día descubrí los cuerpos celestes y me hice astrofísico... 

Nieves Correas Cantos


No hay comentarios: