El escrito al que me refiero bien podría haberse titulado “El asombroso revoltillo”. Superficialmente se trataba de un montón de palabras vertidas sobre el papel sin ton ni son. Un cúmulo de términos inconexos que parecían estar burlándose del lector... Pero cuando éste traspasaba el espejo a la manera de Alicia, se encontraba con un mundo mágico en el que todo parecía encajar. Entonces descubría que los infinitos vocablos no eran más que las piezas de un extraordinario caleidoscopio que iba mostrando diferentes representaciones según lo volteara el leedor. Multitud de ideas sugeridas; encanto e idealización...
Nieves Correas Cantos
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