sábado, 7 de septiembre de 2024

LAS MOSCAS ME CONFUNDEN

 Nada, que la mosca no desaparece. Se arrimó a mí cuando pasé por el lado de un contenedor de basura y desde entonces no ha dejado de molestarme. Mientras voy andando por la calle, la cabronceta pugna por posarse en mis ojos o en mi boca para soltar en ellos su carga de asquerosidad; y si con un guantazo se lo impido, empieza a danzar sin salirse de mi inmediación hasta volverme tarumba. La gente con la que me cruzo me mira con cara de sorpresa; al verme mover los brazos y la cabeza de una manera tan desordenada debe de pensar que estoy atacá de los nervios o que me ha entrado el baile de san Vito... Lo que no sé es cómo voy a introducirme en mi casa sin que el insecto se cuele a la vez.  

Nieves Correas Cantos

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