martes, 7 de mayo de 2024

DE AVIDECES Y ATROPELLOS

 Como yo era un hombre parco, la exhibición de gula de Evaristo Crequeté me resultaba insoportable...

DE AVIDECES Y ATROPELLOS 

Evaristo era un tipo muy galgo; daba asco verlo comer. Vencido por el ansia azucarera, andaba siempre tras algún dulce con el que calmar sus apreturas. Golosinas que nunca se conformaba con mascar y tragar; sino que, una vez dentro de la boca, relamía con un deleite que a mí me provocaba aversión. ¡Mmmm! ¡Ahhh! exclamaba el gulusmero mientras meneaba el alimento de una parte a otra del paladar...

En una ocasión en la que Evaristo se hallaba en pleno éxtasis pastelero, servidor, harto de lo que estaba observando, le cogió el trozo de tarta que le quedaba en el plato y se lo zampó en un santiamén. Enseguida me arrepentí de lo hecho. Me bastó percibir su cara de desesperación ante la bandeja vacía para comprender el alcance de mi atropello... 

Nieves Correas Cantos

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